//
archives

«ARTE TERAPEUTICO»

Esta categoría contiene 16 entradas

La música es mi esencia: Paola Bernal

Por Patricia Munguía

Paola Bernal es bajista de La Bandita. Apenas tiene 24 años de edad y ya cuenta con once años de trayectoria que se reflejan en los sensuales movimientos de sus delgados dedos sobre las cuerdas de la guitarra y en la tesitura de su voz, con la que además de cantar, mima a su mascota, un perro de mirada enternecedora y pelaje bicolor que retoza a su alrededor.

La música me apasiona porque es algo que me hace sentir muy bien, es algo que mi cuerpo pide como de manera natural y me hace sentir muuuy bien. Creo que con la música puedes cambiar la vida de las personas para bien, entonces, la idea de salvar vidas mediante mi talento me parece algo muy muy bello –y una gran sonrisa aparece en su joven rostro.

Foto: Paola, bajista de La Bandita

Desde pequeña estuve en el coro de la escuela y mi papá, que además de dedicarse a su profesión es coleccionista de música, fue mi mayor inspiración, pues gracias a su afición desde muy niña tuve contacto directo con la música; escuché muchos géneros, música muy buena y muy bien hecha; es algo que tuve muy presente desde siempre.

Cuando tenía trece años, la escuela en la que estudiaba abrió un taller de guitarra, pero como era una escuela católica tocaban alabanzas y cosas así, a mí me gustaban –asegura sin tapujos–, era mi parte favorita de la escuela, entonces le dije a mi papá que quería entrar y todo eso y me dijo que mejor tomara clases por fuera, entonces un amigo de mi hermano que tocaba la guitarra comenzó a enseñarme.

La Bandita se formó a principios de año y en realidad no tiene nombre, cuando nos presentamos siempre decimos que somos La Bandita porque cuando me preguntaban ¿Pao, en dónde vas a estar?, les respondía: voy a estar con la bandita y así, pero todavía no le ponemos un nombre formal. A los otros integrantes los conocí en la escuela por un sujeto que tenía un hermano que tocaba la batería y que además daba clases de guitarra y pues nos llevamos muy bien y resulta que él conocía a otros dos guitarristas que estaban muy interesados en formar una banda, necesitaban a un bajista y pues yo entré, desde el principio nos llevamos muy bien y decidí quedarme con ellos.

Al subirme a un escenario lo que más me gusta es estar con la gente que quiero, tocando, es una onda muy divertida y una conexión muy padre y también me gusta mucho escuchar el sonido de mi instrumento en un amplificador grande, eso está bellísimo.

Tengo varios artistas favoritos, pero me encantaría, así con todo mi corazón –sus manos tocan su pecho–- hacer un dueto con Juan Son, un cantante mexicano que tuvo mucho auge por los dosmiles y que ahorita está regresando. Él es mi artista mexicano favorito. Se me hace una persona muy talentosa y preparada; su música es muy honesta, y eso es lo que lo distingue de todo el mundo y lo admiro muchísimo.

De pronto, su Iphone comienza a tocar “siento”, la más reciente creación del compositor jalisciense y durante cinco minutos nos acompaña un ritmo synth pop.

También tengo varios géneros musicales preferidos pero me gusta el rock, el rock alternativo y también podría ser un poquito de pop o la fusión de ambos, creo que tengo habilidad para eso y disfruto mucho tocarlo.

Es mi talento, lo que Dios y la vida me dieron, entonces, explotarlo es parte de lo que soy como ser humano, y es algo que no puedo encontrar en otro lugar porque es algo que está en mí, así estoy hecha y le saco todo el provecho que puedo. Es como un hogar, es un lugar súper cálido y súper bello. Es donde encuentro esa honestidad, esa amistad, porque he hecho muy buenos amigos a lo largo de todos estos años gracias a la música. Entonces eso es lo que yo encuentro en la música.

Pao toma de nuevo su guitarra rosada y toca unas notas a manera de epílogo de nuestra charla. Los nubarrones comienzan a acumularse y las notas del instrumento huyen con el viento.

La fórmula de Tinta Chida

Por Manuel Díaz Salvador

La filosofía de Alejandro Carrillo sobre la literatura es interesante, ha sido propuesta por muchos y experimentada por pocos; escribir, dejar la fama, el prestigio, el glamour literario en segundo plano y verlo sólo como un medio para ganarse la vida. Eso es a grandes rasgos el proyecto web llamado Tinta Chida iniciado por Carrillo. Esta ya ha rendido frutos a su iniciador con el Premio “Mauricio Achar” en 2016 por la novela Adiós a Dylan, comprobando que el método funciona.

Foto: Alejandro Cariilo, atrás de Tinta Chida

Foto: Alejandro Cariilo, atrás de Tinta Chida

El encuentro fue pactado vía Twitter en la UACM del Valle, donde Carrillo impartía en ese momento su taller llamado “Pelea y escribe” una combinación entre la práctica del arte marcial kick boxing y la escritura. Aquel era un día gris, me senté a esperar su llegada en una banca plástica con sombrilla en la explanada de la universidad, salió de alguno de los pasillos, lo pude reconocer por la larga barba con la que aparece en las fotos en redes sociales: vestía jeans ajustados, tenis y una sudadera negra con capucha con la que cubría su cabeza rapada, atuendo jovial y común en estos tiempos: hip-hop, Bob Dylan, box, escritura, un digno representante de la hibridación cultural posmoderna. Lo saludé, nos acomodamos y la plática comenzó. Me fui por las ramas antes de lanzar la pregunta obligada, común y de toda la vida para un escritor ¿por qué alguien decide dedicarse a eso? ¿Cuál es el origen de esa vocación? También, ¿por qué esa vía de acción?

“Todo nace de la necesidad de crecer y buscar un modelo en el que convertirte, un ídolo. El modelo con el que me sentía más cómodo era el de Jack Kerouac, allí es cuando dije que quería ser escritor, diciendo “yo quiero tener una vida parecida a ésta”, poeta, novelista, esas ganas de verlo todo, de conocerlo todo, de absorberlo todo, estar en todos lados, en la locura de estar vivo y absorber muchas experiencias. Llevo siendo escritor desde los trece o catorce años, pero después me peleé con la idea a los veintidós, lo abandoné como seis años hasta que lo empecé a retomar cuando me di cuenta que estaba haciendo algo que me daba para vivir, pero estaba deprimido. Era mejor entrarle a lo que quería de verdad y realmente me interesaba.

Y así pensando en la banda y en mí, surgió la idea la página web, preguntándome, ¿puedo vivir de esto? y ser el conejillo de indias; someterme a la experimentación para probar y reportar los resultados. El primer paso era decirlo: me voy a dedicar a escribir –salir del clóset literario–, voy a dejar todas las cosas que no son lo que quiero.

Por eso es que muchos post tratan de “cómo dejar el trabajo de Godínez”, “lidiar con el rechazo literario”. En un post cuento mi experiencia como diseñador de páginas web y en otro enseño a hacer una propia, doy recomendaciones de algo ya probado.

Me sorprende cada vez más cómo ha crecido el proyecto, no me esperaba tal respuesta, la gente se identifica y cada vez participa más, han hecho suyo el proyecto, tanto que ya he perdido el control, y eso me parece interesante porque somos una comunidad, no soy yo quien toma todas las decisiones, esos son los riesgos y las ventajas de crecer: te enriqueces y pierdes el control.

Al final el propósito es reivindicar la idea de que no se necesita la aprobación de nadie para ser escritor, ni para que orgullosamente digas que eres escritor. Por eso es que me molestan mucho todos los círculos literarios cerrados y que sólo se ayudan entre amigos. Creo que está bien si uno los puede aprovechar y utilizarlos para lograr lo que uno quiere como autor, pero querer a fuerzas pertenecer a ellos no; pienso que entre más se rompan esos círculos de amiguitos escritores será mejor para la literatura.

Hoy me siento contento de haber podido demostrar que se puede vivir de esto. Es un súper paro ver que las teorías no se quedan sólo en teorías; se trata de experimentar todo el tiempo y cuando da resultados estas parado en otro lugar, no en el de alguien que lo tiene todo resuelto, sino uno en el que el propio proceso y las decisiones que se toman dan el respaldo para decir estoy arriesgándome del modo que me tengo que arriesgar, eso genera mucha confianza.

El proyecto de Alejandro Carrillo no se limita al posteo de artículos para ayudar a los aspirantes a escritor a tomar la decisión de iniciarse, también organiza talleres, sesiones de lectura a las que llaman “Micro chingón”, pequeños certámenes literarios, pero sobre todo es una comunidad de gente que quiere escribir y nada más.

Charla con la mujer que dirige la colección privada de arte más importante de México

Por Julieta Rodríguez Díaz

La entrevista con Leticia Gámez Ludgar, Coordinadora de Fomento Cultural Banamex A.C. tiene lugar en el segundo piso del Palacio de Iturbide, ubicado en la calle de Madero, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Es ahí donde tiene sus oficinas la fundación que maneja interesantes exposiciones de arte, tanto de otras épocas como contemporáneo, que se presentan en su espléndida sede o se mandan a otros museos y salas de exposición del país.

Que Leticia Gámez aceptara darme una entrevista fue todo un logro, por ser una persona muy ocupada y porque, creo, no gusta de aparecer públicamente sino por razones de su trabajo. Así, el poder hablar con ella por teléfono y concertar la cita para la entrevista fue casi como concertar una entrevista con alguno de los artistas de la colección de pinturas que se exhiben en el Palacio de Iturbide.

A manera de antecedente, Gámez Ludgar es hija de una compañera y gran amiga de mi tía, ambas son cirujanas dentistas y fueron médicas militares en El Centro Hospitalario del Estado Mayor Presidencial, ahora están jubiladas. La Dra. Ludgar solía invitar a mi tía a las inauguraciones de exposiciones de su hija, que frecuentemente eran en algún museo o sala del Centro Histórico. La última que recuerdo fue una exposición de pinturas de arte sacro, siendo vírgenes y cristos crucificados los principales motivos de la misma, además de algunos cuadros recreando pasajes bíblicos.

Lo que me llamó la atención de aquella exposición fue que la Lic. Gámez,  a la que entonces creí curadora de arte, separó las obras en antes y después de Cristo, de manera que se pudiera resaltar lo oscuro de las pinturas y el castigo divino en las primeras, contrastado con la luz y la clemencia del perdón de dios, en las segundas. Gracias a esa exposición me comencé a interesar en el arte sacro además de la profesión de curador, por este motivo busqué esta entrevista.

Leticia Gámez, Coordinadora de exposiciones del Fomento Cultural Banamex

Cuando solicité mi entrevista a la Lic. Gámez, a ella le molestó que la confundiera con un simple curador o un restaurador de obras de arte pero, una vez aclarada la confusión, accedió a recibirme ese viernes por la mañana en sus oficinas.

El Palacio de Iturbide siempre me ha parecido sobrio y a la vez espectacular, con excelente mantenimiento y, sobre todo, que no cobren gracias a los generosos donativos de Fundación Banamex. Allí se exhiben obras de arte virreinal, como Cristóbal de Villalpando, pintor mexicano del barroco, pero también de artistas contemporáneos, fotógrafos actuales y “Grandes Maestro del Arte popular”.

Es la primera vez que subo al último piso y la seguridad para entrar es casi como la de una dependencia de gobierno pero vale la pena. Después de lograr traspasar tres secretarias, me permiten esperar en un gran sillón antiguo. Sólo espero diez minutos y sale a recibirme una señora más bien bajita, con el cabello entrecano peinado hacia atrás, sin una gota de maquillaje, vestida con pantalón negro, blusa blanca de manga larga y cuello alto, con un suéter gris cerrado por el frente con muchos botoncitos. Llevaba zapatos cerrados negros tipo mocasín con medias. Me sorprendió la vestimenta, pues ese día el calor estaba en su máxima expresión, pero luego de unos minutos en su oficina me di cuenta del porqué de esa vestimenta: el aire acondicionado estaba al máximo y su oficina se sentía como un refrigerador.

Me saluda presentándose como si no me conociera y me explica amablemente que sólo tiene media hora para la entrevista, afortunadamente traigo las preguntas escritas y veo que eso la tranquiliza. Su forma de expresarse es tan pausada y articulada que pareciera ser una religiosa enseñando clases de catecismo a niños de diez años que están preparándose para hacer su primera comunión. No tiene joyas ni adornos, pero eso sí, una manicura con uñas cortas impecable y no percibo ningún aroma, por lo que pienso que no usa perfume.

Su vida pública es tan hermética que lo único que pude averiguar de ella es que es egresada y titulada de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Extraño que en esta era de redes sociales e Internet no haya casi nada más publicado sobre ella, muy pocas fotografías, parece ser que en estos tiempos todavía puede uno tener vida privada. Acaso una entrevista en YouTube, sobre la colección de Pintura del Banco Nacional de México, y una foto de una inauguración en Bellas Artes, con la actual secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda.

Su oficina es como una biblioteca privada: perfectamente ordenada, sin polvo, pareciera que los libros están acomodados por tamaños y hasta por colores pero eso sí, se ve que jamás nadie los toca ni siquiera para hojearlos, parecen nuevos. Dejo de curiosear con la mirada al percatarme que me observa extrañada de mi curiosidad. Comienzo con la primera pregunta y eso basta para que la entrevistada se suelte y hable sin parar, eso sí, “sin grabaciones ni fotos por favor, yo te diré que escribirás y qué cosas no puedes publicar”, está bien, asiento con la cabeza.

Obra de Javier Marín en el Palacio de Iturbide. Foto: Daniela Hernández

—¿Que implica se la coordinadora de exposiciones de Fomento Cultural Banamex en términos de funciones, responsabilidades y actividades?

—Muy bien, comienzo explicándote la misión de este Fomento que es promover, difundir y conservar el patrimonio cultural mexicano. Las líneas de acción son exposiciones, editorial, programas de arte popular, restauración de bienes culturales y servicios educativos. Cabe resaltar que estas líneas de investigación son el resultado de investigaciones de larga duración, de cinco a diez años, en temas que no se han valorado como arte, por ejemplo la arquitectura, el diseño industrial y el arte, no solo como valor utilitario sino estético, la arquitectura ligada con las demás artes.

Los ejemplos que te puedo dar de autores, prosigue, son la arquitecta y diseñadora de muebles Clara Porset, el escultor Mathias Goeritz y el pintor Chucho Reyes, por mencionar unos cuantos. Otra particularidad es que deben ser exposiciones para cualquier público.

—¿Cuál ha sido el mayor reto en cuanto a exposiciones?

—Más que reto, nuestro mayor éxito ha sido el arte pictórico del siglo XX, pero sólo hasta la década de los años 50 —comenta como en secreto pero muy orgullosa. También exponer a artistas vivos pero consagrados como Francisco Toledo, Javier Marín y Flor Garduño. Termina la frase y se le ve feliz, pues me pide otra pregunta. Le cambió totalmente el tema.

¿Qué exposiciones llevan al interior de la República y cuáles al extranjero, qué reto involucra en términos de traslado?, lo piensa un segundo y comienza la explicación entrelazando las manos: Bueno, tenemos las exposiciones nacionales y las internacionales. Generalmente las nacionales las realizamos aquí en el Palacio de Iturbide, pero también las hacemos con nuestros museos hermanos como San Ildefonso, San Carlos, el Museo de Palacio Nacional y, en contadas ocasiones, el MUAC, dependiendo de las exposiciones que ellos tengan.

En los estados de la República, continúa, es frecuente que tratemos con el Museo Amparo, de Puebla, el Museo Arocena, el Regional de Guadalajara y el MARCO, de Monterrey. Aquí, el Munal participa en cada exposición como coleccionista, mientras que el MUAC nos prestó maquetas de Goeritz y en San Ildefonso nos permitieron exhibir la obra de barro y metal de Javier Marín.

En cuanto a museos internacionales, añade, nuestro objetivo de salir al extranjero es revalorarnos como arte mexicano y entrar en grandes circuitos, salir de las exposiciones meramente etnográficas y que consideren el arte mexicano como obra de arte novohispano más que como etnografía y artesanías. Hemos logrado así entrar en el Museo del Prado, el Louvre y el MET de Nueva York. Esto último lo comenta la entrevistada con mucho orgullo y levantando los brazos con triunfo. Y continúa: Este es nuestro primer reto, además de Sudamérica, España, Francia y Estados Unidos, también hemos ido a Alemania, Ucrania y el Líbano con nuestro arte mexicano. Nuestro segundo reto es seguir realizando con éxito cursos de capacitación a nuestros artesanos, por ejemplo, a la viejita bordadora la Fundación la contrata para que enseñe a otras artesanas su conocimiento para bordar. Esto lo hacemos con herreros, alfareros y artesanos en general, los cuales son tratados como artistas y sus productos como obra de arte.

Nuestro tercer reto, destaca la Lic. Gámez, es abastecer a nuestros artesanos-artistas con herramientas y equipo para que sigan generando obras de arte: la Fundación les provee de hornos, herramientas para el barro, tejedoras, hasta telas de lino traídas de España. Nuestro cuarto reto es impartirles cursos de contabilidad y administración a quienes se interesen en continuar con su propio negocio y esto último ha funcionado muy bien entre nuestros artesanos, han logrado crecer en sus propias comunidades muchos de ellos. Termina su frase satisfecha.

Decido lanzar otra pregunta cambiando de nuevo el tema. ¿Con qué equipo de expertos cuenta para la exposición de obras?, frunce un poco el ceño, supongo que recuerda la confusión de la definición y funciones de un curador y comenta que “primero que nada, tenemos un comité asesor el cual se actualiza constantemente sobre el mundo académico internacional, por ejemplo, sobre la moda en la indumentaria. Luego tenemos a un grupo de curadores externos que buscan quién posee piezas para exhibir, van a las casas de los coleccionistas, solicitan su permiso para exhibirlas y si ellos aceptan, realizan el registro fotográfico y descriptivo de cada pieza. Posteriormente, se realizan reuniones para selección de obra y se genera un guión temático o museológico, por ejemplo, por décadas. Se genera entonces una carta de petición de obras para préstamo y se hacen recibos de obra, de aseguramiento de obra, contratos de comodato, para entonces hacer la recolección de la obra física, que considera el embalaje especializado libre de ácido, un pre dictamen de conservación de obra y su ingreso a bodegas y entran a proceso de restauración, carpintería, cedularlo, luces, y el montaje de la exposición como tal, de manera que luzca, esto último de hace con proveedores externos. En total el equipo que me apoya consta de historiadores de arte, gestores culturales, museógrafos, restauradores, editores para los catálogos, educadores y el área contable.

Hasta ese momento siento que Gámez Ludgar pasa de ser la Licenciada a Leticia, se siente más cómoda al hablar y pareciera ser que más en confianza; decido concluir la entrevista, pero me dice emocionada que quiere añadir algo más a la entrevista: “El Banco Nacional de México posee una colección de arte mexicano desde la época virreinal hasta nuestros días, ahora es la colección privada más importante de México, que adorna las oficinas del banco y se expone cada cinco años al público, aquí en el Palacio de Iturbide y en alguna sede de provincia”.

Para cerrar, Leticia me comenta sobre las próximas exposiciones a su cargo: el 25 de julio al 15 de octubre arte mexicano en el Metropolitan Museum of Arts; el 28 de junio Pincit Mexique o Pintado en México, con obra de Portugal, España, Malta y Estados Unidos en el Palacio de Iturbide, que luego viajará al LACMA (Los Ángeles) y al MET (Nueva York).

Por momentos parece que ella quisiera hablar más de su trabajo, pero una llamada entrante la interrumpe; para ese entonces ya soy Julieta, me habla de tú y se despide efusivamente con un abrazo que me desconcierta, me pide saludar a mi tía y me acompaña hasta el elevador invitándome a quedarme a ver la obra expuesta, le agradezco el gesto y me dispongo a bajar a disfrutar la exposición no sin antes repasar mentalmente lo sucedido y sentir una gran satisfacción no sólo  por haber logrado esta entrevista, sino de conocer a un experto en arte y al mismo tiempo una persona que necesitaba ser escuchada y reconocida sin saberlo.

“Realmente no espero que vean lo que quise pintar”: Carlos J.G. Guarneros

Por Alejandro Pardo

“Hacer un discurso sobre lo que yo pinto sería como una tomadura de pelo porque a fin de cuentas yo improviso, no sé lo que voy a pintar, no hago un plan previo, empiezo a pintar y a producir imágenes, conforme van quedando huequitos le voy metiendo y entonces en determinado momento si al espectador le parece algo, es algo como de libre asociación pero realmente yo no espero que vean lo que quise pintar, porque es lo más curioso, viendo una obra mía de una persona a otra me dicen que ven cosas completamente diferentes y eso a mí es lo que más me gusta de mi obra; el sello distintivo es que es improvisado”, dijo el pintor Carlos J.G. Guarneros, en una pequeña platica que sostuve con él hace unos días

Guarneros es relajado, tanto en la vida como en lo profesional. Es un hombre sencillo y parece llevar una vida modesta, llegó a la entrevista en bici y con muy buena actitud. Aunque afirma tener 51 años, aparenta muchos menos años vividos, pareciera como si se hubiera quedado detenido en algún punto de sus 30 años, justo en el equilibrio entre sabiduría y vitalidad.

Pintura de carlos J.G. Guarneros. Foto: Cortesía del artista

Pintura de Carlos J.G. Guarneros. Foto: Cortesía del artista

Sobre cómo empezó a pintar dijo que “desde que somos chavitos tenemos la inquietud de dibujar y/o representar gráficamente las cosas que vemos o nos llaman la atención, de hecho en la escuela nos impulsan mucho a dibujar pero conforme vamos creciendo dejamos de hacerlo”. Afirmó que  nunca ha dejado de ser chavito y nunca dejó el dibujo.

Carlos J.G. decidió dedicarse a la pintura pues de chico la gente le decía que era bueno dibujando, “eso me dio un chorro de ánimos para seguir adelante y en lo único que salía bien era en dibujo porque en todas las demás materias era bastante burro y por otro lado, mi papá era escritor, entonces era muy frecuente tener en la casa un ambiente bohemio, a él le gustaba mucho el cine, la literatura, la música, todas las facetas del arte”, comentó.

Al preguntarle sobre la concepción de lo bello y la evolución de la estética a lo largo de la historia, se lanzó a explícame que “el proceso del arte a través de la historia, tiene que ver mucho con la historia misma. Como prueba de ello durante la época medieval el arte se caracterizaba por ser muy rígido, plano y cuadrado, como si hubiese temor a la hora de crear; por otra parte desde la época de los romanos y durante la Grecia clásica ya se conocía un arte con más perspectiva y profundidad, aunque con la venida del oscurantismo tenemos todo lo contrario, las figuras vuelven a ser planas, hay perspectiva en los dibujos, hay mucha rigidez y temor a la hora de crear”.

Consideró que en la actualidad ya no tiene caso que representemos lo que vemos porque para eso está la fotografía y apunta que con la revolución industrial se dio también paso a una revolución artística, pues es entonces cuando se empieza a dar permiso de hablar de fantasmas, de jugar a ser dios, tan es así que fue entonces cuando surgieron algunas obras importantes como Frankenstein.

Al preguntarle su opinión sobre la realidad, Guarneros citó a Philip. K. Dick, diciendo que “la realidad es muy subjetiva, muy frágil y si te pones a analizar, todo el tiempo estamos viendo cosas muy absurdas que dices no, esto no puede ser realidad, a mí me da mucha risa, porque si esas cosas las tomamos por el lado serio te vuelves loco”.

Finalmente, hizo una analogía entre su obra y las manchas de Rorschach*: “En un momento determinado a la mejor un psicólogo podría determinar más o menos cuál es tu estado de ánimo, tú forma de ser, una serie de cosas porque realmente son libres, porque no tienen una intención formal, más que tu propio juicio acerca de lo que ves”. Por ello su obra es arte de libre asociación.

***

Pintura de Carlos J.G. Guarneros. Foto: Cortesía del artista

Pintura de Carlos J.G. Guarneros. Foto: Cortesía del artista

Nació en 1965 en la Ciudad de México, de padre cubano y madre mexicana. Tuvo influencia de su tío, el pintor cubano Felipe Orlando, desde temprana edad mostró una aptitud natural por el dibujo y la pintura, empezando a sobresalir en las materias de educación artística. Cursó estudios de Diseño Gráfico en la Universidad Autónoma Metropolitana, después también en “La Esmeralda”, del Instituto Nacional de Bellas Artes y también realizó estudios de Filosofía y Letras en FES Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Su técnica combina de manera de manera ecléctica influencias tanto prehispánicas y tribales como geométricas y futuristas amalgamando un estilo único que ha desarrollado por su propia cuenta y en las que encontramos referencias a artistas que pueden ser prehistóricos, medievales o contemporáneos. Los materiales que emplea son de gran diversidad la mayor parte de las veces compuestos por cosas encontradas a la mano, pudiendo trabajar prácticamente con cualquier cosa y sobre cualquier superficie.

Desde el 2001 ha participado cada año y hasta la fecha en la exposición colectiva de socios que se realiza a principios de noviembre en el Centro Cultural Orfeo Catalá. En 2008 realizó una exposición individual en el Centro Cultural “Xavier Villaurrutia”, ubicado en la Glorieta de Los Insurgentes, donde expuso más de 60 obras. Tiene trabajos expuestos en España, Canadá, Cuba y Estados Unidos.

 

*Test psicológico que analiza las respuestas de una persona al mostrársele manchas de tinta.
Página Web: http://cgguarneros.wix.com/yo#!

 

 

El futuro que sí llegó para Erick Meyenberg

Por Ileana Rojas

“Siento que siempre hay un momento específico para un libro en particular… Esa primera vez no era el momento y no fluyó, no es un libro sencillo. La segunda vez que lo intenté en este estado de reposo absoluto, fluyó como agua (ocho meses). Es toda una tarea, una decisión de vida casi. Desde que empecé la primer frase no lo pude soltar hasta terminarlo y, de hecho fue tal la angustia de haberlo terminado, que no podía leer nada más… Hasta que dije lo tengo que volver a leer. Después, para la segunda vez hice un pequeño ritual y dije: Voy a leer la última página el día de la inauguración de la exposición. Lo fui espaciando hasta poder llegar al 8 de diciembre y así cerrar el ciclo. Dejé a Proust luego de dos años”, dijo Erick Meyenberg sobre su lectura de En busca del tiempo perdido.

Cerrando un ciclo, es así como da inicio Un futuro anterior, exposición del artista multimedia Erick Meyenberg, que se exhibe de diciembre 2016 a marzo 2017, en el Laboratorio Arte Alameda (Doctor Mora 7, Centro Histórico, CDMX).

El artista multimedia Erick Meyenberg.

El artista multimedia Erick Meyenberg.

El recinto fue intervenido para montar múltiples instalaciones con video y sonido, haciéndolo una extensión de las memorias y la producción de obra del artista. Cada pieza en la exposición conforma un diálogo que envuelve al espectador en la obra que retrata un año de la vida de Meyenberg.

La impronta que la literatura, especialmente Proust, deja sobre esta exposición es innegable. Las once obras que la componen son momentos “proustianos” que hacen reminiscencia a la memoria de Meyenberg, sin dejar el lado íntimo del artista con el deseo de que el espectador se identifique y encuentre una reflexión propia entre el tiempo, memoria y la vida.

Es a través de las piezas que componen Un futuro anterior que el espectador queda expuesto a las relaciones entre historia y naturaleza y lo que resulta de ello con una reformulación del paisaje, la relación entre el tiempo y la vida, y la tensión entre la memoria y el cuerpo en el punto de desvanecimiento. El artista entreteje las piezas de toda la exposición con su última obra titulada “Mañana estaba aún más lejos”, un video sin edición que muestra consecutivas todas las fotografías tomadas por Meyenberg durante un año, mostrando al espectador un mapa de su obra. Todas esas fotos fueron un futuro anterior pero es por medio de la exposición que el futuro sí llegó a la vida de Meyenberg.

El laudero

Por Márcia Pinto

“Soy laudero, porque la vida me llevó a mi pasión”, eso me respondió Pablo Arboleyda, cuando lancé la pregunta “¿Por qué hace lo que hace maestro?”, pero no lo hice a bocajarro, no.

Laudería. Foto: tiochejere.files.wordpress.com

Laudería. Foto: tiochejere.files.wordpress.com

Después, el laudero recordó que fue “mientras estudiaba biología” que me enamoré del arte de hacer cantar la madera” y hace unos días compartió los conocimientos adquiridos en los últimos 30 años, durante el 6º Encuentro de Música, Madera y Laudería, que se llevó a cabo en la Fonoteca Nacional.

La conferencia del maestro Pablo Elías cerró con el sonido del arpa veracruzana en las manos de Adriana Cao, y con la mejor lección de su tutor: “La primera cuerda es la que empieza a platicar, es la que va a cantar bonito”.

Rememorando: Mi blanco dejó la sala de conferencias diciendo que no se demoraba y pensé “es el momento para abordarlo antes que regrese. Salgo y me planto en la puerta”, pero el sujeto tardaba y hacía frío. Decidí dar una vuelta por el patio contiguo y allí lo encontré fumando un cigarro, relajado, luciendo su guayabera blanca. Yo, nerviosa y delatada por mi tono de voz, dije “soy periodista”, ya temiendo la pregunta mortal “¿de qué medio?”, pero mi entrevistado acaso preguntó “¿cómo se llama?” y prontamente le contesté “Museo del Chopo”, entonces él me dijo “no, no… Usted, ¿cómo se llama, usted?”. Sonreí y empezó la entrevista. Mi nerviosismo fue disminuyendo a lo largo de los quince minutos que duró la plática, paseando por el jardín de la casa colonial que alberga la Fonoteca Nacional. Se despidió de mí con un beso en la mejilla. Yo suspiré pensando que logré mi cometido, para la próxima planearé mejor de qué medio seré.

Guitarra grande. Foto: danilolaudero.blogspot.com

Guitarra grande. Foto: danilolaudero.blogspot.com

Pablo Elías Arboleyda Castro Pablera, conocido también como Tío Chéjere, comenzó su vida de laudero durante la niñez cuando quiso construir una guitarra con una caja de cartón y unas ligas y formalmente en julio de 1988 cuando fue aceptado como aprendiz en el Taller de Laudería del grupo Mono Blanco, donde aprendió la técnica del finado Don Quirino Montalvo Corro Tío Quiri, originario de Ciudad. Lerdo, Veracruz.

Entró en contacto con el llamado son jarocho tradicional en la localidad conocida como El Volcán, cercana al rancho Santa Isabel del Hato, del mismo municipio de Santiago Tuxtla, Veracruz, con el Caballo Blanco, de don Esteban Utrera. En 1989 en el municipio de Alvarado, Veracruz, aprendió la versada y las artes de la décima de don Simeón Cruz Cano, originario de El Mosquitero, tierra rica en versadores. Finalmente, en 1993 aprendió con el maestro Andrés Alfonso Vergara la construcción de arpas jarochas.

¡Quisiera viajar tanto como mi obra!: Icetrip

Por Frida Castro

Bajo el seudónimo de Icetrip, un artista plástico originario de la Ciudad de México, el cual no quiere que sea revelado su nombre, conversó sobre su carrera y estudios

En un departamento luminoso, con parquet en toda la sala y bastante amplio de la colonia Chapultepec, Icetrip compartió sus más grandes metas, así como sus logros, que no han sido nada fáciles.

Tiene cabello negro, ondulado y muy esponjado, utiliza anteojos de armazón negro y un vestuario cómodo, pero a la vez presentable.

Icetrip

Icetrip

Es un artista visual multimedia, especializado en medios como fotografía, dibujo, pintura, video, diseño y net-art, que son los proyectos específicos de arte para Internet.

Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), de la UNAM, y ha tomado varios cursos en Casa del Lago, Ex Teresa Arte Actual y el Taller de gráfica Centenario.

Su voz es grave, combina bien con su barba negra y bigotes tupidos, de forma natural y segura revela que el nombre de Icetrip “surgió de una visita virtual que hice por Google earth a Islandia, país que me encantaría conocer y jugando con palabras como Icelandic trip, surgió Icetrip, me gustó la síntesis y decidí usarlo como marca, nombre artístico e identidad nueva que me permite llevar mi trabajo a cualquier lugar del mundo sin tener que especificar mi identidad real”.

Comparte que, últimamente, “lo que más me quita el tiempo es el diseño de páginas web, ya que es una herramienta llena de posibilidades donde la imaginación es el lítime, debido a que puedes utilizar sonido, imagen y movimiento para comunicar un mensaje, aunque también trabajo en una serie de dibujos que comencé desde el 2006 hasta a fecha y espero proximamente exhibirla en algún sitio de la Ciudad de México”.photo2

Aunque desde un principio se mostró relajado, conforme avanzaba la plática se veía más cómodo y sus respuestas se eran más extensas y fluidas. Empezó a hablar de sus trabajos realizados en diferente páginas web, de sus viajes por casi todo el país y el extranjero, “tengo especial predilección por las ciudades que fomentan la actividad artística”, comentó, y las ciudades que hasta el momento más lo han cautivado son Montreal y Berlín, “me fascinan, sin duda volvería y de ser posible me iría a vivir una temporada”.

Ha expuesto en Rusia, México, Alemania, Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Polonia, Francia, Suiza y Canadá, donde obtuvo una beca de cuatro meses para vivir en Montreal, donde desarrolló su proyecto de conmposición fotográfíca digital sobre la sociedad y arquitectura quebequense, intervenida con dibujo a mano alzada; sin embargo, Icetrip no ha visitado todos esos lugares: “¡Quisiera viajar tanto como mi obra!”, comenta soltando una carcajada.

Su complexión es algo robusta, usa pantalones azules de gabardina y una playera negra, hecha por una amigo, pero con un diseño suyo, un sol azul que parece irradia luz, líneas punteadas y burbujas alrededor, una sencación cósmica que también adorna las paredes de su departamento, pues hay cuadros colgados donde se aprecían el mismo estilo de dibujos y trazos: “Todo y todos estamos interconectados a través de esas líneas”, porque, como señala, “creo que cuando dejas libre tu imaginación transmites emociones que las personas interpretan como sentimientos o ideas, según su propia vivencia”.

photo3Al finalizar la entrevista y con un semblante un poco diferente, medio serio, hace referencía a la situación artística del país y declara que las condiciones en México para el arte son pésimas, “es muy poco apoyado y carecemos en general de leyes que nos provean los derechos básicos de salud y seguridad. Y por la misma razón los pocos que logran ser respaldados por las instancias oficiales se encargan de monopolizar las oportunidades y se genera nepotismo, amiguismos y demás marranadas que boicotean el amplio espectro de artistas que existimos”. Lo cual deja en claro que ha vivido experiencias que lo han desilucionado un poco de profesión; sin embargo, Icetrip sigue buscando y luchando para que otros artistas visuales puedan ser reconocidos en su propio país. Se pone de pie, no es muy alto, pero con una sonrisa se despide de forma amigable.

Ilustra con códices, los antiguos y modernos ritos sexuales

El controvertido trabajo artístico de Rurru Mipanochia se despliega lo mismo en dibujos, páginas de pasaporte, stikers o libretas, siempre con alusiones al mundo indígena prehispánico y la esquizofrenia contemporánea

Por Samuela Nickel

Almendra Sheira Castillo Valderrama, ilustradora freelance, egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) de la UNAM, es una artista controversial y underground afincada en el Distrito Federal. Con su creatividad e inconformidad Almendra abre los ojos de quien contempla su obra, refleja lo privado de nuestra sexualidad o la historia de las culturas indígenas antiguas y sus rituales y costumbres.

—Almendra, primero una pregunta muy importante, ¿por qué haces lo que haces? —se le cuestiona a la joven de 24 años mejor conocida por su pseudónimo artístico Rurru Mipanochia.

—Principalmente porque me gusta, y no me veo haciendo algo más. En cuanto al tema… No puedo decir si tanto, muchos abordan la sexualidad en cualquier aspecto, yo igual, pero a mi manera. Lo que hago, principalmente, es retomar ciertos ritos de carácter sexual que tenían los prehispánicos, principalmente los Huastecos —quienes eran mucho más cachondos que otras civilizaciones más mochas como los aztecas—, aunque todas estas culturas indígenas tuvieron cierto aire sexual en la mayoría de sus ritos, los cuales son desconocidos por la mayoría, y creo yo que es importante sacarlos a flote.

De la serie "Caquita Mils"

De la serie «Caquita Mils»

—¿Y cómo fue tu primera obra?

—El primer dibujo fue cuando era niña… en sí, podría decir, tal vez, que el primer dibujo con temática sexual fue en diciembre de 2013, porque lo que pasó antes de esa fecha no me gusta ya tanto, y de alguna forma fueron ejercicios previos para poder lograr lo que estoy haciendo ahora. Previo a eso fueron réplicas (muchas réplicas) del trabajo de Egon Schiele.

—Entonces, además de Egon Schiele, ¿hay otras influencias, clásicas o modernas, otros artistas que tan han inspirado?

—Principalmente Schiele, pero también algo de la obra de Klimt, el art nouveau, Aubrey Beardsley, Katsushika Hokusai y grabados eróticos antiguos japonenes. También podría mencionar a Henry Darger, Tomi Ungerer, Quentin Blake, Mike Diana, y los códices y mitos prehispánicos.

—¿Y cómo se reflejan tus opiniones políticas o privadas en tus dibujos? En tu opinión, ¿cuál es el mensaje que quieres mandar a la gente que ve tus ilustraciones?

—Mi obra tiene un mensaje importante. Ilustro ritos sexuales prehispánicos además de que trato de poner en tela de juicio los cánones de belleza que se nos imponen. Dibujo por lo general gente lisiada, amputada con prótesis en las piernas, con muchos pelos y panza, lonjas, con vello facial, etcétera. También manejo mucho la figura del travesti, esto también para promover las sexualidades periféricas fuera de la imposición heterosexual, y a veces hago alusión a la zoofilia, la abasiofilia (parafilia que consiste en la atracción psíquica y sexual hacia los discapacitados motrices) u otras formas de sexualidad, ya que creo que no somos nadie para juzgar la forma en que los demás perciben de manera individual su sexualidad, bien decía en Marqués de Sade: “Acostumbrémonos al mal y pronto encontraremos en él solo encantos”.

De la serie "Caquita Mils"

De la serie «Caquita Mils»

Bien lo ha dicho el Marqués en su obra Justine o las desventuras de la virtud, de 1787. Y como ese libro es una aventura que puede aturdir a veces, también lo son las ilustraciones de Rurru Mipanochia, que tienen el poder de perturbar como vemos al mundo y ofrecer a la vista una realidad fuera de las normas conocidas.

Almendra no sólo refleja esto en sus dibujos, también basa su obra y su estilo de vida en la teoría fundada de que si se sale de la matrix (matriz) de lo acostumbrado, se puede comprender mucho más sobre nosotros mismos y la sociedad, tanto de la mexicana como de la global. Si echamos una mirada hacia atrás, podemos comprender la congruencia histórica de la sexualidad en el arte o, si volteamos a nuestro alrededor, podemos ver a todos los artistas de las Américas, Europa o Asia que muestran el cuerpo humano desnudo, puro, pornográfico… natural.

De la serie "Jaguarts"

De la serie «Jaguarts»

Para conocer más sobre Rurru y sus ilustraciones, pueden visitar su página web: http://rurru.jimdo.com.

“Si volviera a nacer sería músico o perro callejero”: Favela

Por Moisés Ramos Rodríguez

“Si volviera a nacer me gustaría ser un músico o un perro callejero… ¡un perro aventurero!”, responde Abelardo Favela, un pintor naif, figurativo, que hace obra de gran formato. Aunque pinta desde los 22 años, no fue sino hasta los 32 que se trasladó a Cuernavaca para dedicarse sólo a la pintura, lo cual sigue haciendo hasta el día de hoy, después de que vendiera su primer cuadro, expuesto en su propio restaurante, en diez mil dólares en efectivo.

Favela nació el 3 de febrero de 1948 en Mexicali, Baja California, y ejerció diversos oficios: productor de televisión en Canal 13 y TV Educativa e hizo comerciales con su propia agencia, también tuvo un restaurante.

—¿Por qué pinta?

—Porque nací como pintor y siempre he querido ser pintor, y ahora que puedo soy un pintor. A ver si me sale bien.

—¿Para qué pinta?

Boda en el burdel, óleo de Abelardo Favela

Boda en el burdel, óleo de Abelardo Favela

—Pues pinto para satisfacción propia y para poder vivir, porque de eso vivo ahora.

—¿Con qué materiales?

—Pinto siempre en óleo sobre tela. Y es una cosa que me apasiona. Pinto solo, no puedo pintar en compañía, ni nada. Puedo dibujar con gentes y dibujar gentes, y hacer retratos. Pero no puedo estar pintando con nadie. Tengo que pintar solo, con perros al lado, siempre.

—Para quién pinta?

—Pues pinto para… para el público, para vender, para eso pinto. Pinto muchos cuadros para mí, pero lo simpático es que esos nadie los quiere. Los que pinto para vender, sí los vendo.

—¿Cuál es la diferencia entre pintar para Favela y pintar para otros?

—Pintar para mí es sentirme un poco más relajado, porque sé que el cuadro lo voy a tener yo y lo voy a guardar; y en el otro caso es siempre estar pensando en que tengo que hacer algo que sea vendible.

—¿Qué es lo mejor de pintar?

—Pues es estar satisfecho con lo que estás haciendo, con lo terminado. Es como tú eres periodista, te sientes orgulloso cuando haces tu artículo, lo ves; y si lo leyó alguien y te felicitó, entonces te sientes bien Si yo hago un cuadro y la gente me dice que le encanta, que está precioso, entonces yo me siento muy bien también. Eso es lo que me importa mucho. Y si otros dice que no les importa lo que el público piense, pues muy respetable, pero no es mi caso, porque yo vivo de eso.

La Alfa y el boxeador en la Luna, pintura de Abelardo Favela

La Alfa y el boxeador en la Luna, pintura de Abelardo Favela

—¿Busca trascender?

—Más que trascender, busco ser importante. Pero no digo que mundialmente importante ni nada así, pero sí es importante que tengas obra y que alguien la esté conservando, porque eso va a vivir para siempre. Es una cosa que siempre alguien la va a tener. Tú te vas a morir y se van a morir los dueños de la obra, y se van a morir todos, todos, y las obras siempre van a estar ahí. Yo pienso que eso es muy importante en los pintores, no nada más para mí, sino para todos.

—¿Cómo definiría a Favela, cómo definiría a este hombre que fue reportero de televisión, que viajó gracias a eso, que tuvo un restaurante, que ahora es un pintor exitoso?

—Pues… que he ido envejeciendo con calidad, y que he estado haciendo lo que yo quiero. Eso es. He hecho lo que yo quiero.

—Si volviera a nacer, ¿volvería a ser pintor?

—Si volviera a nacer me gustaría ser un perro o un músico. Me encanta la música. Envidio a los músicos, envidio a los que componen, envidio a los que cantan, envidio a los que componen música. Eso me gustaría ser: un músico.

—¿Por qué perro?

—Me gustaría ser perro, porque amo a los perros, entonces me gustaría ser un perro aventurero…

—¿De qué raza?

—Pues de la calle, uno güero, así, chistoso, que parece un labrador, pero no es (ríe)…

—¡Un pata de perro?

—¡Un pata de perro! Así soy, además, ¡un pata de perro!

C.A.C.A.O. en dos tiempos. Exposición en el Museo del Chopo

Por Pablo Orube y Tania Karina Montiel

Primer tiempo

¿Qué es CACAO, un performance, una exposición colectiva, un tianguis cultural, una ONG? Es un poco de todo eso y más. C.A.C.A.O. (Cooperativa Autónoma de Comercio Artístico de Obras).

Demasiadas siglas, muchas propuestas, abundancia de creatividad y pocas explicaciones. Quizá no haya mucho que decir. Una gran variedad de productos, obras artísticas, dinámicas de comercio sustentable y conservación del medio ambiente conviven en caótica armonía dentro del Museo del Chopo.

Foto: Cacao en Facebook

Foto: Cacao en Facebook

Ambientada para hacerla parecer una extensión del mercado de la Merced, institución con la que este año colaboraron los miembros de CACAO para ofrecer sus productos y obras, la muestra de esta edición luce desordenada pero atractiva.

Como en un tianguis o como en la misma Merced, variedad y abundancia son la clave. Un colectivo de ilustradores y dibujantes de cómics ofrece sus publicaciones junto al taciturno creador de Easy Do, cuyo eslogan es “También tú”, este producto es fruto de una idea tan inusual que parece broma. Aún con el artefacto en la mano, uno no acaba de creer que la cosa sea en serio, pero cuando se lo piensa un poco más la idea ya no resulta tan desquiciada: Un cono de cartón sanitario que permite a las mujeres orinar de pie, cuando lo necesiten y con gran facilidad. Darse cuenta de esto mientras se lee el folleto explicativo, con la mirada indescifrable de su creador encima, es una de las experiencias que hacen que CACAO valga la pena.

La disposición laberíntica de los stands, que emula la de las naves de la Merced, depara sorpresas constantes. Un colectivo de grabadores y artistas gráficos que se presentan bajo el nombre de Tigre Ediciones de México anuncia que “no venden un producto en particular sino que ofrecen su trabajo para que autores independientes puedan publicar sus textos en una edición de calidad a bajo costo”. Sus trabajos hacen una mezcla sutil de la gráfica del movimiento del 68 y el arte pop de Roy Lichtenstein. Junto a ellos, una pareja de diseñadores gráficos muestran Titi Town, el mundo donde habitan sus creaciones de fieltro y peluche como “Ronie, el Oso Viajero”, un muñeco tan feo como hermosamente elaborado, lleno de detalles bien logrados que lo hacen mucho más que un simple juguete. Un poco más adelante las chicas de Horse Head ofrecen trabajos de ilustración, diseño, ropa y accesorios. Sus ilustraciones que están plasmadas en tazas, camisetas y calcomanías tienen un estilo naif pero con un toque desconcertante incluso perverso.

Este espíritu creativo convive armónicamente con la preocupación por el medioambiente como la propuesta del movimiento 754mm y Primal. Los primeros buscan hacer conciencia sobre el aprovechamiento del agua de lluvia en la capital, así como la necesidad de abandonar el consumo de agua embotellada en plástico y sustituirlo por botellas de vidrio que pueden rellenarse sin contaminar. “El agua es el oro blanco y en las futuras guerras se van a pelear por él”, dice la representante de 754mm. Primal es el estudio de diseño que está creando botellas de vidrio no para venderlas sino para intercambiarlas con los usuarios por otras que ya no deseen, además está probando materiales y diseños para lanzar un tapón universal que sirva a cualquier botella que el usuario elija.

Foto:  Cacao en Facebook

Stand de Pinto mi raya. Foto: Cacao en Facebook

Con todo esto uno se sigue preguntando ¿qué es CACAO? Probablemente es un espacio donde la creatividad, la camaradería y la necesidad de colaborar para hacer de este un mejor lugar para vivir confluyen. O quién sabe, a lo mejor es sólo una instalación de gente con buenas intenciones y un poco de ocurrencia. Las explicaciones sobran y las acciones nunca serán suficientes, lo cierto es que los participantes de CACAO son generosos con sus ideas, sus acciones y su entusiasmo.

Segundo Tiempo

Expectativa, impaciencia, personas que salen y entran con cajas, paquetes grandes y más personas, con la debida acreditación en su pecho que las señala como expositores, el resto sigue con la intención de entrar al Museo Universitario del Chopo. Una vez en el interior, observamos la distribución y decoración de la exposición CACAO que simula un mercado de artesanías colocado en una gran bodega: el color del cartón sin trabajar, botellas, cajones de madera y demás elementos rústicos le dan un aire simple y orgánico al espacio.

Los vendedores-expositores promocionan sus productos: bolsas, mandiles y fundas para almohada; un joven explica cómo funciona un intercambio-banco-trueque con semillas, mientras, en una pared se ve un gran desplegado sobre uno de los aspectos del proyecto, el cual consistió en trasladar algunas de las cooperativas participantes al mercado de La Merced e integrarlas en ese ambiente.

“Puedes moverle ahí, la idea es crear música entre todos, así; ¿ya ves? Ya lo rompiste, ajajá, no es cierto amigo”, esto lo dice un chico de un colectivo musical quien enseña a los visitantes a usar una especie de consola que crea y modifica sonidos. En el mismo espacio, su grupo oferta playeras, discos con mezclas y carteles.

A tan sólo un metro de distancia se encuentran colocados discos, DVD y parches de tela similares a los que se venden en el Tianguis del Chopo, al final de la mesa está un televisor que proyecta una entrevista hecha a un hombre de unos 60 años, delgado, de cabellos y barba blanca: “quien dice que renta está mintiendo, yo soy original”, curiosamente es el mismo hombre la única persona que se detiene a contemplar con verdadera atención el video.

Foto: Cacao en Facebook

Foto: Cacao en Facebook

La exposición sigue con stands de prendas creadas en su mayoría por pueblos indígenas que se ven representados por adolescentes, que dice promover el comercio justo, reconociendo el trabajo artesanal y único de estas comunidades, también resaltan las editoriales independientes con cuadernillos de todo tipo, fabricados con los elementos más sencillos, pero con bastante calidad.

“¿Tú eres la diseñadora?”, interrogo. “Él y yo somos los diseñadores, yo dibujo, corto y coso las figuras y él estampa las playeras”, responde Iraís, una joven bastante entusiasta y risueña, propietaria de la marca Titi Town, dedicada a la creación de figuras y playeras cuyos personajes parecen sacados de sus fantasías. Añade que en el proceso de creación “no intervienen otras manos a excepción de las de mi socio”.

El resto de la exposición es más parecido a una muestra de arte que a un mercado, aquí se encuentra la posibilidad de adquirir tazas y playeras cual tienda de souvenirs al salir de un museo: velas cuyos recipientes están hechos con bolsas de frituras, tetra packs, envases de adhesivos, rastrillos y hasta pañales; en otra parte, cabe la posibilidad de diseñar tu propia urna para descansar al final de tus días en ella.

Foto: Revista Código

Foto: Revista Código

La exposición tiene dos ambientes, en el primer espacio se percibía un ambiente de vendedor-comprador, en este intermedio existe mayor confianza y compañerismo, aparentemente los expositores y su público se conocen o, a lo mejor, invitaron a todos sus amigos al evento.

En la última parte de la exposición se respiran otros aromas, si antes el sentido del olfato era atacado por un fuerte y penetrante olor a tinta fresca, ahora le toca enfrentarse al aroma de quesos, especias y alimentos que impregnan el ambiente.

Revistas porno de tintes serios, toallas sanitarias de tela reutilizables, tés energéticos y revitalizantes e incluso una especie de conito que sirve para que las mujeres puedan orinar paradas reflejaron el sentido de innovación, autoproducción y reciclaje que los expositores planteaban en sus obras, aunque algunos fueran un tanto bizarras.