hablando de cultura
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Fuegos pacifistas de Xarxa Teatre
El grupo de teatro de calle valenciano hizo un pasacalle para, por medio de pirotecnia, música y aluciones al Guernica de Picasso, alejar la violencia
Por Jorge Luis Berdeja
Foto: JLB
I.
A mucha gente no le gustó, pero a mucha más le divirtió y sacó alguna que otra exclamación el pasacalle de fuegos artificiales de los valencianos de Xarxa Teatre, que grupo que se inició a mediados de los años 80 en Vila-real (Castellón)… Desde entonces optaron por la calle y se quedaron con ella.
Las comparaciones son odiosas y muchos se decantan por nuestros castillos y toritos, pero la verdad los de la Red, como la estela lumínica que arrojan sus artilugios, llevan 30 años innovando con la pirotecnia.
Sus espectáculos hunden sus raíces en la más profunda cultura popular del País Valenciano, pero el follaje se adentra en la espesura de nuestros complejos días, tampoco es para tanto, pero algo ha logrado la Xarxa que van por medio mundo… En cambio los toritos ya son pieza de museo, p.ej. la Casa-Estudio Diego Rivera…
Foto: JLB
II.
Al fin pueblo bicicletero, Guanajuato ha visto pasar por sus calles desde tristes rondallas hasta Valerio Festi, desde esta Red inmensa que nos cobija con su cascada de luces, su traje de luces, gritos y aspavientos… que allá viene el toro bufando fuego y humo, hasta procesiones y danzas de la muerte medievales, que allí sí, ni modo, nos los llevamos de calle…
A mí sí me gustó y también ver salir los personajes del Guernica picassiano, llamando (llameando) a la paz y sahumando a todos con olor a pólvora festiva y no guerrera, que de ésta ya quemamos bastante en infiernitos, así que allí viene la música, casi la misma desde el Medioevo, pero que algunos despistados confunden con batucada, pero no le aunque…
Foto: JLB
Gritos y aspavientos, tamborazos, repiques y redobles, cánticos y gemidos para apaciguar a los demonios y las luces, rompiendo la negra noche… Un carro de bomberos se acerca por si acaso y la gente va de aquí para allá y de allá para acullá, para seguir a los toros y los caballos despavoridos… ¡Viva La Paz! y ¡Viva Picasso!
III.
Alguien se queja de que 
no ve bien, que Ara Pacis no tiene ni pies ni cabeza, pero la Xarxa (malla) captura a la mayoría de los pececitos. Tampoco hay mucho que aspirar, sólo dejarse bañar, llenar los ojos de luces… Hay, también, a quien no le gustó que rompan El Guernica, aunque Picasso pintó el bombardeo como una bombilla, irreverente, burlón, acaso triste. “Yo no lo hice, ustedes lo hicieron”, les dijo a los violentos. Se apagan las luces y queda en el aire un sabor a humo, humo que ahuyenta los malos espíritus… ¡Que siga la Fiesta!
Foto: JLB
Drako
Por Marcia Nava Rivas
Acostumbra caminar por la calle y cantar en voz alta, lo que dice no lo puedo entender y aún así el sentimiento de su canto logra conectar con quien lo escucha, sus ojos están distantes en el tiempo y de vez en cuando, al hacer énfasis en una estrofa, me mira profundo, nota como me sonrojo y sigue cantando.
Suena como una plegaria de tiempos remotos, en algunos momentos parece que el canto está a punto de convertirse en llanto, en otros parece que sus ojos se encienden a la par que su voz explota; él camina seguro, se mueve apuesto y lo sabe pues sonríe.
Lo sigo mientras camina y canta: “Alf leilat ua leila”.
Cantante con gorra, dibujo de Mariano Javier Marcos (Argentina). Cortesía: artelista.com
¡Oh!, cuéntanos una historia, que sea un cuento
Háblame de la gente vieja y háblame de las mil y una noches…
Sobre Lunja, la hija del Ghoul. Y sobre el hijo del sultán
Llévanos lejos de este mundo
Cada uno de nosotros tiene una historia en su corazón.
Nos sentamos en los escalones de piedra frente al edificio de Relaciones Exteriores; el joven de piel morena, pestañas rizadas y ojos cafés enmarcados bajo unas tupidas cejas, accede a platicar conmigo.
—Me llamo Drako y canto en árabe —añade que es inmigrante de Trípoli.
Al oírlo hablar me doy cuenta de su las dificultades que tienen para pronunciar el español. Me dice que llegó hace cuatro meses y que en su país no se dedicaba a cantar.
—Soy refugiado, llegué huyendo de la guerra, canto para olvidar y también canto para recordar.
—¿Qué recuerdas?
—En la secundaria una vez fui a visitar a unos amigos sin permiso, estacioné mi bicicleta nueva afuera de la casa y me la robaron. Yo no quería que mi padre se enterara y antes de llegar a casa llamé a mi hermana para que me cubriera y mi padre no se diera cuenta. Tenía miedo de que me regañara, mucho tiempo esperé por una bicicleta nueva, mucho tiempo escuche “de la escuela, ven a casa” y muchas veces me fui con amigos.
—¿Qué tratas de olvidar?
—Mi padre fue asesinado frente a mí, a causa de la guerra ¡Yo lo vi! Vi cómo abrieron la puerta del auto y lo sacaron a fuerza para dispararle, quiero olvidarlo porque siempre recuerdo cómo, al día siguiente de que pasó lo de la bicicleta, mi padre en la mañana se acercó a mí, me tocó la cabeza y me dijo “no me ocultes las cosas, no tienes por qué, yo te amo, hijo mío.”
Mis ojos se arrasaron, un silencio profundo inundó el momento, Drako miró distante hacia el horizonte.
Háblanos y olvida que somos adultos
En tu mente somos jóvenes
Cuéntanos sobre el cielo y el infierno
Sobre el pájaro que nunca voló en su vida
Ayúdanos a comprender el significado del mundo
Cuéntanos para hacernos olvidar este momento
Déjanos en el mundo de érase una vez…
—Lo lamento —dije.
—No hay problema, yo no hablo de esto, pero tú me inspiras confianza…
—Gracias.
—¡También canto para estar feliz!
En ese momento se echó hacia atrás y quedó recostado sobre el piso, miró el cielo y comenzó a cantar, está vez su canto estaba lleno de alegría, extraños sonidos, palabras desconocidas “Jadtini bilhob”, “Ana beddi atub”, salían de su boca rodeada por una barba larga y descuidada. También me recosté en el suelo, el sol estaba por ocultarse, miré el cielo con muchas nubes, el viento soplaba y regaba su canto. Y mientras Drako cantaba las nubes bailaron.
Silencios
Por Ramón Cruz
Realmente me he concentrado en los silencios. Imposible entre el chiflido del viento que se estrella contra las ventanillas del vagón, el lloriqueo de algún menor que no me interesa saber quién es, la multiplicidad de palabras que vuelan de un rincón a otro, el rozar de los neumáticos sobre los rieles, el chillido de las balatas que raspan frenéticas contra el metal, el arrastre de la basura por el piso, las vibraciones tubulares que hacen bailar a mis manos.
Increíble, en un trayecto de seis o siete minutos –lo que cálculo equivaldría a dos estaciones– no he escuchado la música estruendosa que brota de alguna mochila improvisada como estéreo, ni el alarido cantadito de algún vendedor ambulante ofreciendo discos baratísimos y de baja calidad, pomadas milagrosas, juguetitos de moda para el niño o la niña, cuadernillos educativos y recreativos, libros que no son best seller, chicles para evitar el mal aliento, entre otros.
Tampoco ha aparecido el canto –que he esperado con nostalgia– de aquellos personajes citadinos que, en mi opinión, llegaron a ser los típicos residentes de los trenes: hablo de esos hombres y mujeres de voz desafinada que cantaban sin ritmo ni compañía esperando una moneda.
Los sonidos humanos en el transporte público se han trasformado, es indudable. Hace mucho tiempo que, abordo de los aún tradicionales microbuses o vagones del metro, anhelo escuchar un concierto de un grupo musical en vivo, sea de ranchero, de regué o de rock, que me parece eran los de costumbre. Es una pena –pienso–, mientras permanezco frente a la puerta para bajar en la última estación y el sonido de mi suspiro pasa acariciando mis oídos.
La barrera se abre, el impacto hacia adentro se escucha como un golpe de tambor viejo, es el jaloneo impulsivo del repliegue, pues están asustadas ante mi molestia por no haber logrado mi propósito inicial: concentrarme en los silencios. Por supuesto, una cuestión absurda en esta ciudad.
Guerra en Titisú
Por Paulina H. Vargas
“Mis papás siempre me dijeron que estudiara algo que me gustara para que nunca me aburriera o nunca me fastidiara de trabajar…”
Pasaba un poco más del medio día cuando Miriam Guerra se sentó a la mesa conmigo para comenzar esta entrevista. Vestida de jeans y una blusa ligera se mostró afable desde el principio y pronta a las respuestas, sus enormes ojos verdes mostraban entusiasmo al comenzar a hablar de su profesión.
Actriz egresada de la Universidad Nacional está orgullosa de dedicarse sobre todo al teatro infantil y juvenil. “Es lo mío po que creo que está muy descuidado este sector aquí en México, de repente se hace como recurso, como si fuera fácil o un medio para ganar dinero rápido montando obras muy mal hechas con gente que no se dedica a esto profesionalmente o que agarran chavitos de prepa como si fuera cualquier cosa”. Convencida de lograr teatro de calidad insistió en “que se haga teatro profesional para ellos”.
Pero ¿de qué manera comenzó esta joven actriz de 26 años? Preparatoriana en su adolescencia, tenía derecho a pase reglamentario de la UNAM y fue justo el día de la elección escrita “en el momento del pase automático, cuando me dieron la hoja de elección de la carrera, yo había hecho más bien área de biología, pero a la hora escribir medicina dije no, lo mío es el teatro y eso fue lo que escribí”. Desde entonces sus años de formación transcurrieron en la Facultad e Filosofía y Letras de Ciudad Universitaria.
Relata que esa decisión la tomó recordando a sus padres, quienes siempre le insistían en no dedicarse a algo que no le gustara y cuando les contó lo que había hecho la aplaudieron y la apoyaron, sin embargo, nos cuenta que un tío le hizo cuestionamientos y críticas: «¿de qué vas a vivir?», a lo que ella valiente respondió: “de mi trabajo” y puso punto final y oídos sordos a esa conversación. Diez años después yo le pregunto nuevamente: ¿se puede vivir del teatro, da un salario digno? Y ella con una sonrisa contesta: “por supuesto que se puede vivir del teatro, tiene ventajas y desventajas por un lado es autogestivo y por el otro te contratan y te pagan tres meses después, tienes que saber administrarte pero nada más”.
–¿Y cuándo Miriam Guerra no está en función?
–Me dedico a los museos en los departamentos de comunicación educativa, contesta entre risas.
Desde hace seis años Miriam forma parte de la compañía de teatro infantil y juvenil Titisú que significa títere en griego y que tiene siete años de vida, actualmente tienen dos obras en cartelera El tigrecito salvador para preescolar y Caricaturas de trapo para primaria.
«Mercedes Miranda es la directora del grupo, una persona comprometida con los niños que usa sobretodo la técnica de teatro en luz negra”, nos dice.
–¿Caricaturas de trapo también tiene esta técnica?
–Sí, son ocho números musicales entrelazados por sketches mudos que realizan los actores, algunos de ellos son La mexicana, La leyenda de los volcanes y El can-can Charlie.
Se queda pensativa un momento y remata: “El teatro infantil es la onda porque en él se da mucha apertura a la interactividad y los niños te preguntan durante la función”.
De acuerdo con Miriam, hace falta poner atención en el tipo de funciones para este público pero también en la comunicación con los profesores que envían a los alumnos al teatro o que contratan obras: “A las personas encargadas de la educación me gustaría decirles que no manden al teatro por el teatro, antes deben ver a lo que están mandando a los chicos, porque a veces son obras de mala calidad y lo único que hacen es inyectar a los niños contra el teatro en lugar de inculcarles cultura”.
Agradecí la entrevista y la dejé en su oficina. Sus funciones de teatro son por contrato, la más reciente la tuvieron el pasado mes de mayo en Texcoco y pronto estarán preparando nuevas obras así que si a alguien le interesa pueden consultar la página de Internet de la compañía.
La balada de Genesis y Lady Jaye
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La Cineteca Nacional trae a México el primer largometraje de la documentalista Marie Losier, en colaboración con Ambulante Gira de Documentales y Distrital
Por Jorge Luis Berdeja
Todo un acontecimiento en la ciudad de México es el estreno de una película extraña, La balada de Genesis y Lady Jaye (Estados Unidos, 2011), primer largometraje de la documentalista francesa radicada en Estados Unidos Marie Losier.
Esta verdadera joya narra la aventura del artista de performance y de la escena punk e industrial de los años 70-80 Genesis Breyer P-Orridge, fundador de míticos grupos underground como COUM Transmissions (1969-1976), Throbbing Gristle (1975-1981) y Psychic TV (de 1981 a la fecha), entre otros.
También en el documental aparece Lady Jaye, esposa y cómplice artística de Genesis P-Orridge, su alter ego femenino y siamesa visual, dado que el músico asumió en algún momento de su carrera la identidad femenina.
Losier conoció a Genesis por “accidente”, cuando en una inauguración “le pisé un pie”. Dos semanas después, la cineasta visitó al legendario músico en su casa y, después de un breve interrogatorio, Lady Jaye exclamó: “¡Eres tu, eres tú¡”, yo pregunté: “¿Yo, qué?”, y ella dijo: “¡Tú puedes venir y filmarnos!” Así comenzó “una larga relación de amistad y trabajo que duraría los siguientes siete años”.
Con una cámara Bolex de 16 milímetros (cada rollo de película dura de 3 a 4 minutos), Losier se dedicó a documentar la fusión amorosa y creativa de ambos personajes, incluso de las cirugías plásticas a las que se sometieron para ser más parecidos, proceso al que llamaron “pandroginia” (pandrogyne).
Por qué es importante este documental, en primer lugar por el profundo respeto –la documentalista lo llama simplemente “amor”– mostrado a sus biografiados, sin caer en alegatos morbosos o lacrimógenos; también porque aprovecha el método de (re)cortes (cut-up) o collage que Genesis utilizó en sus distintos procesos creativos, y que la cineasta usó también para editar la película.
La balada de Genesis… ¿es una cinta de rock? Sí y no. Más bien el soudtrack recoge las quince pistas de los distintos proyectos musicales de Genesis que más le gustan a Losier, “sólo hay dos rolas industriales”, dijo. Es un manifiesto artístico en sí misma, es una lucha encarnizada porque no se pierda la memoria de la vida de un creador y de su compañera de vida, “también es una gran historia de amor”.
Losier recordó en la premiere de su película que Genesis P-Orridge fue un artista muy incómodo “que fue expulsado de Reino Unido, y no se le permitió regresar hasta hace muy poco tiempo”. La prensa de su país lo atacó brutalmente y lo llamó “monstruo sexual” o “hombre tampón”, por su travestismo y porque se atrevió a intervenir fotos de la Reina con falos y huevos; el Consejo de Artes de su país le dio una beca de producción artística, pero después se arrepintió públicamente diciendo “nos equivocamos”.
Ahora la galería Tate de Londres ha comprado el archivo de Genesis en una gran suma de dinero. Se editan sus poemas y libros de arte sobre su obra y vida. El músico sigue dando conciertos y exhibiendo en galerías.
Padre de dos hijas, músico avant-garde, poeta y cantante, Genesis P-Orridge fue amigo del escritor beat William S. Burroughs (1914-1997) y del pintor, escritor y músico londinense Brion Gysin (1916-1986), al que reconoce como “mi mentor”; y una vez que conoció a su doble femenino en un calabozo de Nueva York, se dedicó a crear y a ser “diferente, diferente, diferente”.
Además de La balada de Genesis…, su primer largometraje, Losier ha realizado 15 cortos en los que explora la vida de músicos y compositores como Guy Maddin, Richard Foreman, Tony Conrad y Mike y George Kuchar. Su trabajo se ha exhibido en el MOMA de Nueva York, la Cinemateca Francesa, la Fundación Cartier. Además se desempeña como programadora de filmes experimentales en The Robert Beck Memorial Cinema (Brooklyn, Nueva York).
La balada de Genesis y Lady Jaye se presentará del 8 al 2 de julio, en The Movie Company (San Jerónimo), en la Sala Moliere del IFAL, del 12 al 16 de junio, el CCU Tlatelolco el domingo 10 y del 15 al 17 de junio, entre otras salas.
Para consultar fechas y horarios: www.cinetecanacional.net
La muerte de Carlos Fuentes
Por Paulina Vargas
El 15 de mayo de 2012 dejó este mundo el célebre escritor Carlos Fuentes. Con él se van más de cincuenta años de gran lectura mexicana; los fantasmas de próximas novelas 
que ya no pudieron ver la luz; momentos épicos en donde el titán departía en nivel de igualdad con genios de la literatura latinoamericana y del mundo, pero sobre todo; la posibilidad de seguir escuchando al hombre público crítico, francote, universal.
Como a muchos otros de mi generación, la primer obra que leí de él fue Aura, cuestión complicada para una niña de diez años que terminó por mostrarme temas y sucesos que no podía obtener de ningún otro lugar: la posibilidad de la muerte, del amor en la muerte, del erotismo en las letras…
Sólo unos cuantos años después tuve de regalo La Silla del Águila, ¿regresará el PRI? esa pregunta, en mi mente adolescente, no dejaba de darme vueltas ¿cómo una novela podía ser futurista en la política ¿quién era ese Carlos Fuentes que podía escribir las hipótesis que le vinieran en gana sin consecuencias en su contra? La posibilidad de la maniobra política, de la silla del poder, del poder detrás del poder era, una vez más, un nuevo elemento que Fuentes ponía ante mí.
Y luego, cambio mi rumbo: decido ir a la UNAM porque comenzaba a darme cuenta que de ella habían salido las voces más importantes en mi vida, las letras más influyentes de mis motivos y los ejemplos más impactantes al luchar.
La literatura, la historia y el arte rondaban por doquier y Carlos una vez más llegó a revolver mis paradigmas, Terra Nostra antes de los veinte años, no he vuelto a tener una novela tan compleja. Fuentes hace alarde de su inmensa cultura general, de su capacidad de investigación, de la soltura de su pluma para ir de la Europa monárquica a las costas de Yucatán y luego a París en los años veinte del siglo XXI. Lenguaje, ficción, política. Un titán.
Recordarlo como un genio de las letras mexicanas es simplemente hacerle justicia, pero y luego ¿qué va a pasar? Fuentes aprendió literatura en las rodillas de Alfonso Reyes, escribió junto a Rulfo, heredó el lugar preponderante en las letras que sus predecesores iban dejando ¿quién lo va a heredar de él? ¿qué autor mexicano hoy en día pasa del bueno al genial? ¿quién en México comenzará a cambiar paradigmas, a darle nuevos aires a las letras? ¿quién cortejará debidamente la prosa y la rima? Nos está cargando la chingada, decíamos ayer en la noche mientras mirábamos atónitos los noticieros hablando de la muerte de Carlos Fuentes.
Que descanse en paz por que se lo merece, porque trabajó mucho, porque sus libros seguirán su tarea en su nombre. Hago un llamado a las nuevas plumas, voces: México es grande, y continuará siéndolo en la medida en que también sus mexicanos trabajen por él. Genios ¡preséntense!
Julia Orayen 2 parte, el IFE preocupado por el escote
Julia Orayen, actriz y modelo, es hoy el centro de una tormenta mediática sobre el uso de un cuerpo bonito en un debate presidencial que no debía ser frívolo ni sexista. Pero más allá de la polémica, ella es la orgullosa hija de Raúl Orayen (1943-2003), filósofo y catedrático argentino de la UNAM que escapó de la dictadura militar para asentarse en México. (pulsociudadano.com) Mas en: http://pulsociudadano.com/2012/05/quien-es-julia-orayen-la-bella-y-devota-hija-de-raul-orayen-filosofo-de-la-unam/
México ya Voto ¡y es una argentina!
Ya tenemos ganadora del IFE debate, se llama Julia Orayen, fue la playmate del Bicentenario
(en un país esquizofrénico confundimos el patriotismo con el table dance) y ahora gana por goleada ante el acartonamiento de los candidatos… Levantó un alba tolvanera al ritmo de sus contornos… Lunes: inundación viral en la red, fotos de Julia por todo lo alto, lección de comunicación no verbal para los idiotas que organizaron, y luego se disculpan… pero con las personas equivocadas ¿Los candidatos, la audiencia? Tendrían que arrodillarse ante la diosa instantánea… Los mexicanos ya votamos por Julia, ¡dios bendiga a la hermana república de la Argentina! JLB
«Morelia en imagenes»
Por: Juan Guillermo
Tan solo unos minutos despues del ataque a policias estatales, a unas cuadras del los «Arcos de Morelia» y del centro de la ciudad.
segun las investigaciones la policia recibio una llamada que ciertos delicuentes estaban asaltando a transeuntes entre la Av. Francisco I Madero oriente y la diagonal Virrey Antonio de Bucareli. y fue en esta diagonal donde fue recibido a tiros la unidad en cuestion uno de los policias quedo boca abajo, su compañero fue trasladado de inmediato por una ambulancia de la cruz roja. su estado es critico.
la patrulla presentaba dos impactos de bala en el parabrizas. la balacera continuo hasta la Esq de Av. Francisco I Madero y callejon del romance hasta ahi los delicuentes y un policia seguian su estela de terror ya que en ese lugar existen varios locales de comida.
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