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Niña Yhared presentó Historia de mi piel en la James Madison University, de Estados Unidos

El pasado 24 de septiembre la artista mexicana presentó el performance , el Wilson Hall Auditorium, de la James Madison University, una de las más prestigiosas instituciones académicas de Estados Unidos

Ante casi 800 personas, la artista visual realizó un performance donde “mis experiencias en el dibujo y la caligrafía, mediante el arte corporal y performático, son llevadas a otro nivel. En esta pieza la caligrafía adquirió movimiento al entrar en contacto con mi cuerpo, la tecnología (video y multimedia) y, por supuesto, con medios análogos como el dibujo”.

Historia de mi piel, explicó la artista invitada, “revela las metáforas, juventud, vejez, caricias, juego, humedad, placer y deseo, y en este performance se convierte en una membrana o pergamino de múltiples significados y recuerdos, que se transforma y regenera a través del tiempo”.

Niña Yhared dijo que para esta pieza colaboraron Translab, integrado por las artistas de video y multimedia Minerva Hernández y Myriam Beutelspacher, del Centro Multimedia del Cenart (DF). El video que se proyectará fue realizado por DocuMentalidades, de Gonzalo Marcuzzi, en Barcelona, y la música fue compuesta por Coletivo Resistor, del Cante del Centro de las Artes Centenario de San Luis Potosí.

Por su parte, la doctora Maureen Shanahan, profesora de Historia del Arte en la Universidad James Madison, señaló que  “la señorita Yhared es la primera artista de su tipo en visitar a nuestra universidad. Su arte en vivo es de vanguardia, emocionante y exactamente lo que nuestros jóvenes quieren ver hoy en día”.

Shanahan comentó que la invitación a Niña Yhared fue por recomendación de la doctora Rocío Aranda-Alvarado, curadora de arte contemporáneo en El Museo del Barrio, de Nueva York, además de que llevó a cabo una revisión de su trayectoria en el performance.

Las obras de Niña Yhared están enfocadas en crear imágenes con temas como el género, la soledad, la incomunicación, las fronteras y el viaje; para ello utiliza su cuerpo fusionado con recursos multimedia y varias disciplinas artísticas.

Sus performances más recientes, presentados en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, España y México incorporan video, música, pintura, narraciones y poesía. Niña ha hecho más de 90 performances en numerosas galerías de arte contemporáneo, museos y otros recintos culturales nacionales e internacionales.

Sus obras, entre las que destacan Cabaret Performance, Venus Cabaret, Les voy a contar mi vida, Poderosa Afrodita, Transparencias, con Lala Nómada; Blanco Mediterráneo, Ephemeral Body: A Performance Project, con Lorena Rivero de Beer, responden a la forma en que la mujer es representada en el imaginario social, la cultura popular y los medios de comunicación.

Niña Yhared también ha publicado tres libros que reúnen su producción de dibujos a tinta, acuarelas, cuentos y poemas.

La James Madison University se ubica en Harrisonburg, Virginia, a dos horas de Washington, D.C.

Leonardo Pasquel, el veracruzano que repatrió los restos de Clavijero

Periodista, historiador e incansable divulgador de la historia veracruzana, a través de su editorial Citlaltépetl y la Revista jarocha

Por Jorge Luis Sáenz

Periodista, historiador e incansable divulgador de la historia y la cultura veracruzana, Leonardo Pasquel (Xalapa, Veracruz, 1910-1990) emprendió a finales de los años 50 la tarea de editar casi 400 libros y monografías sobre su estado natal a través de la editorial Citlaltépetl y la Revista Jarocha, bajo escueta pero significativa consigna: “Conocer, amar y servir a Veracruz”.

Me encontré con Leonardo Pasquel porque escribió una curiosa biografía de Francisco Javier Clavijero (Puerto de Veracruz, 1731– Bolonia, Italia, 1787), notabilísimo historiador jesuita, autor de la Historia antigua de México.

En 1951, Pasquel viajó en el Queen Mary rumbo a Europa para, además de visitar “archivos, bibliotecas y cenáculos de varios países”, encontrar en Italia las tumbas de dos notables historiadores veracruzanos: la del mencionado Clavijero y la de Francisco del Paso y Troncoso (Veracruz, 1842 — Florencia, Italia; 1916).

Francisco del Paso y Troncoso fue explorador de las ruinas de El Tajín y director del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología de la Ciudad de México en dos ocasiones (1889-1890, 1891). Pasquel encontró su tumba en el Panteón de San Miniato del Monte, de Florencia.

Del autor de la Historia antigua de México localizó sus restos en Bolonia, “logrando que los autentificara el antropólogo italiano Fabio Frazzetto”. No contento con eso, Pasquel abogó entre gobernadores veracruzanos y presidentes de la República para repatriar los restos del jesuita, lo que consiguió en 1970. Ahora, Clavijero descansa en la Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón de Dolores de la ciudad de México.

Editorial Citlaltépetl

En 1958, en el barrio de Tacubaya de la ciudad de México, “con máquinas viejas pero con gran entusiasmo”; Pasquel fundó la Editorial Citlaltépetl, para dar a conocer la gran riqueza cultural, histórica y política del Estado de Veracruz, así como aprovechar la biblioteca y el enorme archivo reunidos a lo largo de más de cinco décadas de paciente y callada labor.

En su libro Rescate y difusión del patrimonio cultural del Estado de Veracruz (Citlaltépetl, 1982), el escritor recuerda las dificultades que sorteó: “Tan amplio y difícil proyecto lo platiqué a familiares y amigos, los cuales, todos, trataban de disuadirme, pues pensaban que no era posible su realización y que pronto fracasaría perdiendo lo que en tal obra invirtiera”.

Creó la colección Suma Veracruzana, con el propósito de reeditar “todo tipo de obras de los más connotados autores veracruzanos”. Estos libros, antiguos o contemporáneos, fueron prologados por Pasquel, incluyendo una breve biografía del autor y comentarios sobre la obra. Generalmente la edición de estos libros fue de 600 ejemplares.

El propio Pasquel dio cuenta de gesta editorial: 105 libros de su autoría; 139 libros de la Colección Suma Veracruzana; 104 folletos “con fotografías de todos los virreyes y presidentes hasta Juárez”; así como los 58 números monográficos de la Revista Jarocha, publicados entre 159 y 1969.

Los libros de Suma Veracruzana abarcaron temas como historia, economía, derecho, educación, folklore, literatura y arte, privilegiando la publicación de historia e historiografía, así como la edición de documentos raros y antiguos sobre la fundación y desarrollo de las principales ciudades veracruzanas.

Destacan las biografías de los gobernadores de Veracruz; dos volúmenes historiográficos sobre La Ciudad de Veracruz, así como las Biografías de Veracruzanos porteños, Veracruzanos en la Revolución y Viajeros en el Estado de Veracruz, de la pluma de Pasquel.

Publicó biografías de Clavijero (y su Bibliografía), Francisco del Paso y Troncoso e Ignacio de la Llave, así como la Bibliografía diazmironiana, oratoria y prosa de Salvador Díaz Mirón, en varios tomos, así como una curiosa Bibliografía juarista veracruzana.

Otros autores publicados por Citlaltépetl, con prólogos de Pasquel, fueron Manuel Rivera Cambas (Los gobernante de México, en 6 Vols. y biografías de Santa Anna y Benito Juárez), Gregorio López y Fuentes (Ituarte “El Indio”), José Mancisidor (Frontera junto al mar), José Bernardo Couto (Poesías de Josefa Murillo), y Gabriel Cházaro (De Chalchihuecan a México).

Cultura Jarocha

La Revista Jarocha apareció en junio de 1959, con periodicidad de dos meses, se propuso publicar monografías ilustradas sobre temas y personajes históricos, así como ciudades, regiones e instituciones veracruzanas.

Pasquel recuerda que para editarla “tenía que comenzar a trabajar a las cinco de la mañana” y hubo ocasiones en que “tuve que prepararla en cama e inválido, por las frecuentes recaídas que me provocaba la lesión en la columna vertebral”.

Entre 1959 y 1969, se editaron 58 números de la Revista Jarocha. Algunos estuvieron dedicados a Xalapa, Orizaba, Córdoba, los Tuxtlas, Cosamaloapan, la Huasteca veracruzana, la Cuenca del Papaloapan y la Heroica Veracruz. Otros abordaron personajes como el general Ignacio de la Llave, el gran educador Carlos A. Carrillo, además de los dedicados a instituciones como la Escuela Normal Veracruzana, la Escuela Naval Militar, y la Universidad Veracruzana. También a temas como la música, el periodismo y la novela veracruzanas.

Sacarlo del olvido

Para contar la vida de este singular veracruzano, conté con la valiosa ayuda del doctor en historia Luis Alberto Montero García, investigador del Centro INAH en Xalapa, y de la joven historiadora de la Universidad Veracruzana, Farah Ennuar Pérez Aureoles, autora del libro Colección Suma Veracruzana y Revista Jarocha; patrimonio escrito del Estado de Veracruz y de la nación mexicana, publicado por la Editorial Académica Española en 2011.

También del la singular obra Rescate y difusión del patrimonio cultural del Estado de Veracruz (Citlaltépetl, 1982), donde Pasquel aporta detalles de su vida, su empresa editorial y da fe de su insaciable curiosidad enciclopédica.

Con su libro Farah Pérez se propuso no sólo revalorar a Leonardo Pasquel sino sacarlo del olvido en que lo han sumido sus propios compatriotas: “No se le reconoce, los investigadores no hablan de él, la gente en Veracruz no sabe quién fue, a pesar de que ¡hay una calle y un colegio en Xalapa que llevan su nombre! Creo que los historiadores en Veracruz no reconocen la aportación que él hizo, casi no citan sus trabajos porque lo juzgan poco serio; por eso he tratado de sacarlo del olvido”.

Pérez Aureoles dijo que “me interesaba hacer un acercamiento histórico-biográfico de un autor enfocado a la difusión de la historia, primero en la prensa local y después por medio de la editorial Citlaltépetl y la Revista Jarocha, dado que en Veracruz hay una larga tradición de publicar temas históricos en la prensa”.

“Pasquel fue un gran divulgador de la cultura. Periodista y cronista publicó en el Dictamen y el Diario de Xalapa, también en El Universal y Jueves de Excélsior. Me identifiqué mucho con él porque yo misma fui columnista en el Diario AZ y en el Diario de Xalapa. Luego asistí a un congreso de Historiadores de la Prensa, en Costa Rica. Eso me decidió”.

Aclaró que el historiador xalapeño estudió Derecho en la UNAM, pero su contacto con las letras y la influencia de maestros y amigos como Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Alfonso Caso y Efrén Hernández Tachas, lo inclinaron a “investigar y escribir del pasado de su estado natal”.

Pérez Aureoles destacó que Pasquel trabajó en la Lotería Nacional, y también durante seis años fue Magistrado en el Tribunal Superior de Justicia, en el Distrito Federal, pero paralelamente a estas tareas, colaboró en revistas como América y Continente, en ésta última con semblanzas de grandes abogados mexicanos. También fundó y dirigió Vínculo, revista de la Generación de abogados 1930-34, y las revistas lustración, Labor y Guía, en la que publicó una “Breve historia de la Lotería Nacional”.

Robando tiempo a sus labores burocráticas, Pasquel también publicó los libros Las Constituciones de América, (1943, 2t), con pie de imprenta de la Lotería Nacional, y Perfiles de Xalapa (1946), en el que colaboró con su tío Pedro M. Pasquel y Castilla. “Se puede decir que así comenzó a escribir su propia historia”, asegura Farah Pérez.

Aporte historiográfico

El historiador Luis Alberto Montero, quien realizó su tesis doctoral sobre la morfología de las haciendas azucareras (“Surgimiento y auge de la industria azucarera en el Papaloapan veracruzano, entre el Porfiriato y la Revolución”) sostiene que le fueron de gran ayuda las monografías editadas por Pasquel sobre la cuenca del Papaloapan.

También, gracias a Citlaltépetl, tuvo noticia de autores que fueron dados a conocer por el historiador xalapeño, tales como Tlacotalpan: noticias estadísticas sobre aquella municipalidad del distrito de Veracruz, de Juan N. César; La Costa de Sotavento, de Joaquín Arróniz; La Costa de Sotavento, escrita en 177 por Miguel del Corral, y San Antonio S. A., de Raúl González Enríquez, entre otros.

“Los 380 libros publicados en la colección Suma Veracruzana, cien de la autoría de Pasquel, es una aportación sin precedentes a la historiografía de Veracruz, principalmente las reediciones de libros antiguos agotados y escritos por veracruzanos en todos los ámbitos de la cultura (novela, poesía, historia, geografía, oratoria, biografía, etcétera)”, explicó el historiador.

Montero considera que la obra de Pasquel sí impactó en los historiadores de Veracruz: “La vasta obra rescatada y presentada en la Colección Suma Veracruzana es fuente de consulta obligada para quien incursiona en al quehacer histórico de las localidades y regiones veracruzanas. Sigue siendo un referente bibliográfico importante”.

Archivo sobre Veracruz

Leonardo Pasquel refiere en Rescate y difusión… que no habría podido hacer su empresa editorial si no hubiera contado con el valioso archivo reunido “a lo largo de 40 años de estudios e investigaciones”: más de 400 cajas con “notas, cartas, retratos, recortes, fotografías, dibujos, planos, proyectos…” sobre temas, personajes y localidades veracruzanos.

También heredó de su bisabuelo, José María Pasquel y Balboa; de su abuelo, Francisco de P. Pasquel y Palma, y de su tío Pedro M. Pasquel y Castilla una rica biblioteca y documentos sobre su propia familia y la historia de Xalapa.

Además recibió en donación los archivos del general Ignacio de la Llave y de Teodoro A. Dehesa, ambos gobernadores del estado. También reunió cartas y documentos de Enrique C. Rebsamen, Salvador Díaz Mirón, Rafael Delgado, Francisco del Paso y Troncoso, Juan de la Luz Enríquez, Joaquín García Icazbalceta y Enriqueta Camarillo de Pereyra, entre otros.

El Archivo General del Estado de Veracruz también tiene varias de sus obras y la mayoría de los números de la Revista Jarocha. Parte de este archivo ahora se encuentra en 92 cajas AG/12 del repositorio de Xalapa, y ha sido muy poco estudiado y aún no está catalogado.

Al respecto, Luis Alberto Montero señaló que las bibliotecas de varios institutos de la Universidad Veracruzana resguardan una buena parte de su obra. Además, la Biblioteca de la ciudad de Xalapa resguarda numerosas ediciones recopiladas por Leonardo Pasquel en un acervo especial que lleva su nombre.

El ingeniero Enrique Pasquel Jiménez, sobrino de don Leonardo, me contó  en entrevista telefónica que tiene “como ochenta de los libros de mi tío, pero no la colección completa. Poseo algunos álbumes con recortes de lo que publicó en Siempre! y en Jueves de Excélsior, pienso que habría que reunir en un volumen los artículos que mi tío publicó”.

Recordó que de su casa de Xalapa “me perdió el primer libro que publicó mi tío, Perfiles de Xalapa (1946), y tardé varios años en volverlo a conseguir con un señor librero de Cuernavaca, que pone sus ofertas en Internet, así pude recuperar el libro original”.

Luis Alberto Montero concluyó que “como hombre sabio que se avocó al rescate del patrimonio cultural veracruzano y a su incansable labor de difusión”, Pasquel “siempre puso a la disposición de quien se interesara tanto su archivo personal como los libros y revistas editó”. Esto lo hizo en las oficinas de Citlaltépetl, en la ciudad de México y, después, en su amada Xalapa.